abril 23, 2009

Proteger a los Ilegales

Si recordamos que en 1929, durante la depresión económica en los Estados Unidos, ocurrieron deportaciones masivas de inmigrantes mexicanos, y que el año pasado aumentaron las expulsiones, es lógico pensar que con la crisis actual y el desempleo la situación sólo empeorará. Sin embargo, ahora, existen diferencias claves y será posible abordar el problema de una forma distinta.
Los mexicanos son expulsados de los E.U. principalmente por la patrulla fronteriza. Existen, sin embargo, otros programas que realizan redadas y, en ocasiones, cateos. Las deportaciones de este tipo presentan una panorámica más compleja.
Primero tenemos lo que señala Jorge Castañeda en su libro "Ex Mex: de migrante a inmigrante": debido a que las regulaciones actuales hacen más difícil el entrar y salir a los ilegales, los mexicanos que llegan a los Estados Unidos, a diferencia de sus predecesores, se quedan en este país por más tiempo, forman vínculos, tienen hijos, adquieren propiedades. Estas familias son las que más sufren con las deportaciones indiscriminadas pues significa en muchas ocasiones la separación de los miembros legales e ilegales.
Segundo, en una época en que 'los delitos provocados por prejuicios' (hate crimes, en inglés) van en aumento, avivar el odio hacia los inmigrantes latinos con una retórica criminalista, enfatizando lo ilícito y señalando culpables, es una afrenta contra todos los hispanos en Estados Unidos.
Vista así, la situación de los ilegales constituye un asunto de derechos civiles de los ciudadanos hispanos estadounidenses y la base de la discusión no debe ser la penalización, sino la inclusión. Necesitamos soluciones más inteligentes a un problema complejo.
Por ello, festejo que Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional de E.U., revise el programa del Servicio de Inmigración y Aduanas que busca expulsar a los inmigrantes criminales. Hasta ahora, el programa no ha cumplido cabalmente su objetivo. Durante años se aumentaron las cuotas de arrestos que se debían cumplir en los cateos, se aprehendía entonces a un gran número de criminales menores e indocumentados y a pocos criminales importantes; el proyecto se volvió, en cierta forma, un costoso sistema de redadas a domicilio.
La forma en que ha funcionado el programa es un ejemplo de cómo las agencias del Gobierno ejecutivo encuentran formas de perseguir sus objetivos sin tener que modificar las leyes.
Entender que la inmigración de México a los E.U. no es un fenómeno actual y forma parte del entramado del país, es saber que las acciones que se tomen deben ser resultado de un debate legislativo. Los hispanos legales sufren también los efectos de la discriminación hacia los ilegales, por ello, con su poder político, protegerán los derechos de los inmigrantes, ya es hora de que el problema se plantee como un asunto de respeto a los derechos civiles.

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