abril 23, 2009

El Cine Iraní

En esta columna comparto con ustedes que fui a ver la película iraní "La canción de los gorriones", del director Majid Majidi. Quedé realmente fascinada; es de una belleza extraordinaria en todos los sentidos. La fotografía y las actuaciones son magníficas. Pero lo que más me llamó la atención es que la trama es bastante sencilla. Es en la vida diaria con sus pequeños placeres, las tribulaciones, los sueños y descalabros que nos presenta la verdadera naturaleza humana. Expresa lo que es fundamental, lo que nos une a pesar de todas las experiencias que nos separan.
Majidi, cuando su película "Niños del Paraíso" fue nominada al Oscar, declaró: "Mi trabajo demuestra que todos estamos unidos por una humanidad común" y con esta nueva película vuelve a demostrarlo. Les recomiendo que si aún no han visto "Niños del Paraíso", la busquen, en su modesta realización, donde es claro el bajo presupuesto con que contaba el director, podemos sentir la vida palpitar.
Es un cine accesible, sin pretensiones, pero que exige la atención del espectador, los finales de ambas películas son una prueba de ello, a cambio nos dejan con deseos de vivir y sentir, sabemos que la vida continúa y lo celebramos.
Mi amigo, el cineasta Ignacio Madrazo Piña me compartió su reciente "Manifiesto Contra el Cine Miserable Latinoamericano" que crítica gran parte del cine que se realiza en la actualidad y en específico se opone a la tendencia del cine mexicano de ver como modelo a seguir al cine comercial.
Nos dice en el manifiesto que el cine se mantiene como "el portavoz de los sectores oligárquicos y autocráticos" y que por ende mantiene "el monopolio de la decisión sobre qué historias merecen ser contadas". Madrazo Piña nos dice que por mirar sólo a nuestro país vecino del norte "nuestro cine se ha convertido en eso, en un espejo de fantasías burguesas o de ansiedades existenciales adolescentes..." Fue cuando le pregunté por alternativas que me comentó sobre el cine Iraní, me dijo "es una lección de cómo crear un movimiento y una industria, y además cambiar la visión de un país con su cine".
Fue por ello que terminé la semana antepasada en la sala de Lincoln Plaza Cinemas, en la ciudad de Nueva York, frente a "La canción de los gorriones". Vi a Irán y a sus ciudadanos, sentí nuestra compartida humanidad, y fui sensibilizada sobre su cultura y tradiciones.
Las clases altas en ambas películas están prácticamente ausentes y no se presentan como el filtro con el cual se observa la vida de la mayoría de los ciudadanos.
Este fin de semana vi dos películas, una americana sobre jóvenes que trabajan en un parque de aventuras y "La canción de los gorriones", disfruté ambas, pero sólo una conmovió mi corazón y me abrió la puerta a un mundo que desconocía. Que pasen un muy feliz fin de semana y que el buen cine los acompañe.

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