agosto 28, 2009

Intraducible

Basta internarse en otra cultura para encontrarse con vocablos intraducibles. Para emplear esas palabras en nuestro idioma podemos utilizar varias palabras o describir la situación; en ocasiones terminamos conformándonos con un concepto aproximado.
La existencia de una palabra para determinar un objeto, acción o cualidad dice mucho de una cultura. Por eso aprender un idioma es mucho más que aprender a traducir y utilizar otro idioma significa adentrarse a otra cultura, ampliar nuestro mundo y expandir nuestra propia noción de quiénes somos y cómo somos. Aquellos inmersos en dos lenguas pueden en ocasiones percibir los cambios sutiles que sufre su personalidad dependiendo del lenguaje que utilizan. De acuerdo al libro Guinness Récords la palabra más difícil de traducir es mamihlapinatapai que quiere decir "mirada entre dos personas que esperan que el otro haga algo que los dos desean hacer pero que ninguno se atreve" de Yaghan la lengua de Tierra del Fuego. Today Translators publicó un estudió que señala la palabra Ilunga como la palabra más difícil de traducir. Esta palabra del Congo significa: una persona capaz de perdonar una ofensa una vez, tolerarla una segunda vez, pero nunca una tercera.
Cuando ciertos objetos o situaciones tienen gran importancia en nuestra vida solemos utilizar múltiples vocablos para abarcar todos sus matices. Los esquimales tienen distintas palabras para nombrar la nieve dependiendo si la nieve cae, si la nieve esta en el piso, si la nieve se ha endurecido o, por el contrario, se derrite, nieve que esparce el viento, etc. Los albanos tienen 27 formas distintas para referirse a las cejas y el bigote.
La vida que vivimos determina aquello que nombramos, existe una palabra Inuit iktsuarpok que significa "salir con frecuencia para ver si alguien viene" es comprensible que exista esta palabra en un lugar en el que salir significa enfrentarse a temperaturas bajo cero.
En Rusia existe una forma de expresar la melancolía por el amor perdido, razbliuto es el sentimiento que se tiene a una persona a quien se solía amar pero ya no se ama. En Hawai, ho'oponopono significa resolver un problema hablándolo. En Japón, kyoikumama es una madre que presiona a sus hijos para que tengan éxito escolar. También en Japón resulta que existe una palabra que describe el sentimiento que sentimos cuando nos reencontramos con un viejo amigo luego de largo tiempo: natsukashi, fin de la nostalgia. Pero si de nostalgia hablamos muchos pensarán en saudade del portugués que aunque podemos traducir como nostalgia o extrañar, la palabra tiene matices que pertenecen a esta cultura. Es un deseo por lo ausente que tiene tanto de la tristeza de extrañar como de la alegría del saber que habrá un reencuentro.
Tenemos que la forma en que otros experimentan el dolor o la belleza está simbolizado en su lenguaje y es a través de sus palabras, sus metáforas y el ritmo de su idioma que descubrimos nuevas formas de sentir el mundo, somos conmovidos de distintas maneras y visualizamos nuestros pensamientos con otras imágenes.
Aprender un idioma extranjero es entender que vemos el mundo a través de nuestro propio sistema lingüístico y que la experiencia humana es mucho más rica de lo que podemos imaginar.
Por ejemplo, la palabra Rumana dor, que significa "Te extraño tanto que me duele el corazón y el alma" no puede ser utilizada para decir simplemente "te extraño" pues inevitablemente habrá un sentimiento de profundo dolor.
De igual forma es inconcebible hablar de mono no aware, aquello que se siente al contemplar la impermanencia de las cosas, sin aprender de la cultura japonesa y el papel que juegan en ella la contemplación, la belleza y el tiempo.
El idioma alemán permite al hablante decir tanto como una oración en una sola palabra. Un ejemplo es torschlusspanik, que significa miedo a tener menos oportunidades al paso del tiempo y se usa comúnmente para explicar la ansiedad experimentada por las mujeres solteras o sin hijos a medida que envejecen.
También tenemos la palabra treppenwitz, que nombra el comentario o respuesta que se nos viene a la mente cuando ya es demasiado tarde para decirle. Los alemanes sin embargo no compondrían una palabra como mbuki-mvuki de los Bantú, que significa "desprenderse de las ropas espontáneamente y bailar desnudo de felicidad".
Conocemos al otro por medio de su lengua. La frecuencia del uso de ciertas palabras nos habla del modo de vida. Por ejemplo, es fácil saber que los sueños tienen gran importancia en Indonesia, debido a la existencia del verbo kekaku: "despertarse de una pesadilla".
Lo intraducible nos fuerza a pensar en ese idioma. Al alejarnos de la traducción lo ajeno se acerca. Lo que es extranjero se convierte propio y es por medio de esta apropiación que cambiamos y nos convertimos en alguien nuevo. Aprender otro idioma es ser sorprendido por la belleza y el poder de la comunicación e interpretación de todo lo humano.

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